
Después de más de treinta años trabajando en el análisis de las culturas populares y las culturas de masas –y en su reflexión teórica–, hemos propuesto repensarlo todo: la patria (la cursada permitirá comprender qué significa esa palabra en nuestro contexto de interpretación y enunciación), la cultura popular, la cultura de masas, los estudios sobre ambas, la posibilidad de pensar una “pos-popularidad”; nuestra propia trayectoria en ese campo; a la vez, nos debería permitir una buena –saludable, pero también potente– discusión de algunas de las afirmaciones públicas y políticas que están pretendiendo establecer una nueva hegemonía en nuestra sociedad. Donde las nuevas y extremas derechas hablan de “adoctrinamiento”, nosotros reivindicamos lo inevitable e imprescindible del debate intelectual y político; donde esos enunciadores nombran una presunta “objetividad” de los hechos y repudian las “militancias que generan discordia y división entre los argentinos”, nosotros organizamos nuestro curso sobre una hipótesis inevitablemente política y crítica: que la cultura popular –no sólo la argentina sino, históricamente, toda la cultura popular de todos los tiempos en todo el mundo– está indefectiblemente ligada a un relación de opresión y a una práctica de violencia.
Esa hipótesis, tan vieja como los mismos estudios sobre la cultura popular, está para nosotros y nosotras largamente probada y ha sido transformada en afirmación. Pero estas fluctuaciones de las políticas contemporáneas nos obligan a volver a colocarla sobre el tapete: ¿existe algo que pueda ser llamado “cultura popular” fuera del gesto dominante que la nombra y la captura como objeto de conocimiento? Para debatirlo, el programa se organiza sobre un eje temporal que problematiza, al mismo tiempo, esa “invención” de la cultura popular y la mismísima invención de “lo americano”. Si nuestra hipótesis es correcta, Malintzin o Malinche, la primera traductora (latino)americana, es a la vez la primera mestiza y la primera voz subalterna, sometida por el terror de la conquista, violada por el español, articulada sobre una triple subalternidad: mujer, indígena, muda –a pesar de su condición de lenguaraz y mediadora–. Desde ella hasta hoy, mujeres, indios/as, negros/as, gauchos/as, inmigrantes/as, obreros/as componen el espacio de las popularidades y subalternidades que, ejerciendo su irrestricto derecho al simbolismo, han producido lo que llamamos “cultura popular” a lo largo de más de cinco siglos (igual). Y desde hace un siglo y medio, han tramado, además, sus prácticas y sus representaciones con las de la cultura de masas. Esa trama es una intersección que pretendemos, además, interrogar en el presente.- Teacher: Pablo Alabarces